lunes, 19 de septiembre de 2011

Juan Carlos II de España y V de Lituania

Alguien podrá pensar que esto es un alegato en favor de la monarquía... pues nada más lejos de la realidad.

Miren bien el título. Quizá ahora se den cuenta de que la primera impresión va dando lugar a un ilusionismo orquestado por una gran estrella, con el triunfo final en el campeonato de Europa de ba-lon-ces-to. Juan Carlos Navarro, II fue en el europeo que organizó España hace cuatro años, y ahora a su nombre se une la V de victoria en Lituania, junto al galardón a la Mayor Valía deportiva y Personal.

Además de pertenecer a una dinastía de campeones, reconocida como la mejor generación que ha dado este país, su palmarés alberga tanto el mundial en 2006, tras su triunfo en el imperio del sol naciente, como la doble hegemonía europea consecutiva que ostenta en la actualidad.

Si acaso un sueño queda por hacer realidad con su próxima participación olímpica... en la que puede que se destrone a los inalcanzables (hasta la fecha) jugadores americanos. La clave será basarnos en el juego de equipo por encima de las individualidades, ya que la suma de Calderón, Rubio, Rudy, Llull, Navarro, San Emeterio, Ibaka, Felipe y los Gasol, junto a unos cuantos elegidos más que se unirán al grupo, dará la combinación perfecta para hacerlo posible.

Iremos cargados con dinamita y si estalla la bomba no tendrán menos que nombrarles Lores en Londres. Pero eso es hablar de otra historia...

martes, 6 de septiembre de 2011

Esperanza: lo último que se pierde...

Bochornoso.

Así se podrían calificar los últimos devaneos de la educación madrileña.

Fijemos la atención, sin tomarlo como punto de partida porque la situación viene de mucho antes, en la convocatoria de oposiciones al cuerpo de docentes en primaria. Todos los esfuerzos de la administración han sido rectificar la cancelación para este año, un día después de su anuncio con el fin de recaudar las tasas de casi treinta euros por derechos a examen, y desplazar los procesos selectivos más allá del verano con el grave inconveniente para su desempeño que es  la vuelta a las aulas tras el fin del período estival..

Al ridículo número de plazas que salen a oferta pública se le suma la nueva valoración de los méritos, en la que incomprensiblemente pierde peso la experiencia docente y se excluye la formación. No imagino cómo se puede valorar la capacidad de un maestro con la exclusiva calificación de un examen... Es imposible que sea primando la parte práctica cuando ésta consiste en una serie de preguntas acerca de los ámbitos de estudio de la especialidad.

Por ésa y otras razones he decidido utilizar mi participación en el examen como medida de protesta por lo que está sucediendo aún a riesgo de añadir una dificultad más, unida a las que Esperanza Aguirre está llevando a cabo en su estrategia de extinción de lo público, a poder trabajar como maestro interino.

Esta es mi forma de promover un cambio necesario, al dejar de creer en ésta educación y no querer ser parte de un engranaje defectuoso empleado con fines de estratificación social. Así no merece la pena luchar desde dentro. La gente es lo último que pierdes, Esperanza, cuando ya no dejas nada.