Tanto María como muchos otros nos empeñamos cada día en rebatir el argumento de Hobbes, que defiende que el hombre es lobo para el hombre.
A pesar de que las nubes en tu cielo te hagan creer muchas veces que sus estrellas se han esfumado, la riqueza de lo colectivo siempre está presente. Me gusta pensar que los astros son cada uno de los millones de personas que han aportado y siguen aportando su granito de arena para conseguir un mundo mejor.
Una corriente psicológica llamada Gestalt nos aporta esta visión: la suma de partes por separado no consigue alcanzar el poder que todo tiene en su conjunto. Aunando esfuerzos somos capaces de alcanzar todo cuanto nos proponemos, aunque en algún caso haya supuesto grandes errores en la Historia de la Humanidad de los que ojalá hayamos aprendido para no volver a cometerlos.
Es la cooperación la máxima expresión de dicha unión de fuerzas. También en mi gremio se dan gestos desinteresados para que entre varios se consiga arrancar el coche de un compañero, empujándolo, de lo cual me siento muy orgulloso.
Platero, no tanto referido al oficio del metal sino más bien asociado al ámbito cultural. Este espíritu con el que nos sentimos identificados que va mucho más allá de un producto con éxito: se trata de una construcción social que todos hacemos nuestra y que nos aporta un patrón de valores comunes.
Estoy convencido de que ni sólo tú, ni yo únicamente; toda la gente está con Platero.
domingo, 28 de junio de 2015
lunes, 15 de junio de 2015
El conflicto de la vida
Retomo el impulso de escribir relatos tras un largo período de tiempo en sequía, hoy que por fin vuelve la lluvia y, por desgracia, ella también representa lágrimas a las que una parte de mí quisiera aferrarse.
La conversación en el taxi que me ha aportado la paz que andaba buscando, con el placer de compartir unos instantes, ha hecho aflorar vivencias comunes como la de quien por traslados laborales acaba siendo destinado a zonas de conflicto en Irak y Afganistán.
He compartido junto a una religiosa esta experiencia, que ha llevado amistades a recónditos lugares en similares circunstancias y, a pesar de que un primer pensamiento asaltaba mi mente, al recibir la trágica noticia de que la vida de alguien querido llegaba a su fin, nos deparaba un fatídico desenlace común manifestado en formas alternativas.
En lo que a mi tristeza respecta, estas circunstancias suponen haberse enfrentado a una grave enfermedad, mientras transcurre el tiempo sin saber de esta situación; sólo con el consuelo por recordar que, no hace mucho tiempo y tras un distanciamiento previo, la vida me regalaba uno de los momentos más bonitos que, a la postre, supone un broche inmejorable a una eterna amistad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)