Tanto María como muchos otros nos empeñamos cada día en rebatir el argumento de Hobbes, que defiende que el hombre es lobo para el hombre.
A pesar de que las nubes en tu cielo te hagan creer muchas veces que sus estrellas se han esfumado, la riqueza de lo colectivo siempre está presente. Me gusta pensar que los astros son cada uno de los millones de personas que han aportado y siguen aportando su granito de arena para conseguir un mundo mejor.
Una corriente psicológica llamada Gestalt nos aporta esta visión: la suma de partes por separado no consigue alcanzar el poder que todo tiene en su conjunto. Aunando esfuerzos somos capaces de alcanzar todo cuanto nos proponemos, aunque en algún caso haya supuesto grandes errores en la Historia de la Humanidad de los que ojalá hayamos aprendido para no volver a cometerlos.
Es la cooperación la máxima expresión de dicha unión de fuerzas. También en mi gremio se dan gestos desinteresados para que entre varios se consiga arrancar el coche de un compañero, empujándolo, de lo cual me siento muy orgulloso.
Platero, no tanto referido al oficio del metal sino más bien asociado al ámbito cultural. Este espíritu con el que nos sentimos identificados que va mucho más allá de un producto con éxito: se trata de una construcción social que todos hacemos nuestra y que nos aporta un patrón de valores comunes.
Estoy convencido de que ni sólo tú, ni yo únicamente; toda la gente está con Platero.
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